MI ESPACIO PARA DIVAGAR

martes, julio 31, 2007

Espejismos

Se me pide ser feliz y continuar este camino desconocido sin guía ni mapa alguno, cerrando el episodio en el cual creía tener una trama definida. Yo giro sobre mi eje sin encontrar destino ni referencia de ruta fija. Levanto el polvo de este desierto desolado, y la nube ocre se cuela en mis oidos, en mis ojos, en mi boca, en mí, sepultándome poco a poco, hundiéndome en las arenas secas y asfixiantes del olvido, de tu olvido. Ciego vacilo en el espacio vacío y hueco, errante y nómada desterrado del oasis de tus brazos, del manantial abundante de tu boca y del caudal inagotable de tu sexo. Decides desviar tu cauce regalándolo a sedientos ocasionales, a beduinos que hospedas bajo la fronda espeza de tu melena. Extraño tu presencia me dices, al encontrarte al final de esta tierra árida, y me empapas con el chubasco repentino de tus lágrimas. Me cobijas bajo tu sombra tibia y descubro una vez más las verdes pozas de tus ojos tristes. Bebo en ellas, me hundo en sus aguas esmeralda suspendiéndome en el plasma acuoso de tus pupilas. Hidratas mi cuerpo seco e intento absorver lo que regalas. Me salvas por un momento de disolverme disecado en las arenas cobrizas. Me das la vida y me inundas con tu savia que brota desde tu centro, y la tomo entre mis manos, en la oquedad de mis palmas, y la extraigo mientras bebo del río abierto de tus labios carnosos, pero la ilusión se difumina en pocos instantes, en momentos que me suspenden en el tiempo, que me pierden tras el portal oculto que colinda al mundo donde los segundos se estiran, donde las dimensiones cotidianas se distorsionan. Y así como te encontré, arrancado del suelo como una cactacea, me elevo en torbellinos de arena Te pierdo de nuevo en el espejismo refractante de tu presencia.